Sujeta la pezonera por los bordes o asas, dependiendo del diseño de la pezonera. Alinea el centro de la pezonera con tu pezón.
Con delicadeza, coloca la pezonera sobre el pezón, asegurándote de que esté centrada y que cubra completamente el área del pezón y la areola. Si la pezonera tiene adhesivo, presiona suavemente para que se adhiera a la piel. Si es una pezonera autoadhesiva, asegúrate de que esté firmemente pegada.
Cuando ya no necesites la pezonera, retírala con cuidado. Si es autoadhesiva, despega con suavidad. Si es reutilizable, límpiala según las instrucciones del fabricante antes de guardarla para futuros usos.